martes, 29 de octubre de 2013

Esto no es una pipa

Obra: "Esto no es una pipa"
Autor: ...:::Angel Of Sorrow:::...

"...Era una situación verdaderamente complicada, allí estaba yo, con mi viejo revólver en la mano y mi cuchillo de campaña en la cintura, tratando de recobrar el aliento. Miré a mi lado y Emile se encontraba en la misma situación, espalda contra la pared, con los ojos fijos en la puerta. Quizás sea solo cuestión de tiempo, me dijo, aquella unidad de combate no tardaría en revisar todo el edificio. Lo sé, contesté, pero mientras aún tenga fuerzas, seguiré peleando Emile. El “Ejército del Designio”, así se hacían llamar los muy canallas, no era famoso por tomar prisioneros. Emile sonrió y continuó en voz baja, ¿sabes? Has compartido mucho conmigo, la vida…si es que a esto le podemos llamar así, nos trajo aquí hoy. Ambos prófugos por resistirnos a desaparecer de la faz del mundo, ¿No te parece algo digno de un relato?. 
Sonreí, nunca te he dicho lo original que podías ser en estas situaciones, dime Emile, ¿qué harás luego?. Me miró con ojos cálidos, casi con ternura ¿Luego de qué? Preguntó, sería necio negar que hasta aquí hemos llegado. Además, se supone que existe un propósito para todo, ¿no lo crees así?. 
Respiré hondo, casi podía sentir mi vida escurriéndose entre mis manos, miré nuevamente a mi viejo revolver, No creo que todo vaya a acabar, debe haber algo más, sería inútil haber llegado hasta aquí solo por capricho del destino.
¿Realmente vas a negarte hasta tu último aliento, no es así? Me dijo con una voz reconfortante, por más inútil que fuese, vas a resistir, descargarás la cantidad incierta de balas que puedas, utilizarás ese cuchillo cuerpo a cuerpo…cuántos caerán ante tu férreo deseo de subsistir  Varios pisos abajo, podíamos escuchar el eco de las botas a través del ruinoso edificio. 
Sin embargo, continuó, creo que en el fondo lo sabes bien, tanto como yo lo sé ahora. No hay un mañana para ti ni para mí, somos el producto de un destino cruel y que ha de repetirse en miles de casos más, no hay escapatoria de aquí. 
Podrías saltar por aquella ventana y sin embargo nada cambiaría el hecho de que vas a dejar de existir. Mire fijamente a Emile, a los ojos, esta situación ya era realmente desesperante como para impregnarle ese aire novelesco de guerra civil y prófugos desesperados, como para tener que pensar en la derrota.  ¿Por qué me dices todo esto Emile?, pregunté mientras me aferraba con fuerza a mi revólver.
Me dirigió otra de sus cálidas miradas, y continuó, ¿tu qué crees que va a pasar aquí?, miré a Emile como si estuviese perdiendo la cordura, seriamente contesté, pues abriré fuego apenas un uniformado ponga pie en esta habitación, no les permitiré acabar con nosotros, si tenemos suerte, quizás, seamos lo suficientemente rápidos como para despachar a los primeros y salir por el pasillo antes de que llegue el resto de ellos. 
Emile apoyó su cabeza en la pared, y mirando al techo dijo, es que no lo entiendes, ¿verdad?, ya estamos acabados, sé que puedes sentirlo, ¿qué más da cuantos sean ellos o cuan rápidos podamos ser en defendernos? Aquí ya no hay nada más. 
Realmente era una situación complicada y Emile no estaba ayudando a hacerla más fácil para mi. 
¿De qué estás hablando Emile? ¿Acaso hay algo que tú sepas, y no me has dicho? ¿Tienen acaso pensado volar el edificio entero?.
Emile suspiró, más abajo se oyó el ruido de una puerta despedazarse y el eco de soldados marchando rápido, dejó su arma en el suelo y dijo, mira, esto te resultará extraño, pero ¿qué has cenado ayer?, no lo recuerdas, ¿cierto?. 
Me sorprendió el hecho de que fuese una pregunta tan extraña en un momento particularmente difícil  y a la vez tan cierta. Bien, continuó, la verdad es que vamos a dejar de existir y nada puedes hacer al respecto…solo es cuestión de tiempo, aunque aquellos soldados nunca atraviesen esa puerta.
Sin comprender nada, miré fijo a Emile, mis manos temblaban, el eco del correr por las escaleras aumentaba paso a paso. Empecé a sentir que todo mi cuerpo se ablandaba y mi revolver parecía pesar una tonelada en mi mano.
No puedo decirlo, pero creo que un sollozo escapó de mi. 
Emile me miró con aires pensativos, apretó las manos, suspiró y luego  se prendió un cigarrillo. 
Extendió su mano para ofrecerme uno… un último cigarrillo pensé, como el último cigarrillo de los condenados a muerte. 
Realmente sentí que esta vez, todo habría terminado, tenía tantos nervios que ni siquiera podía recordar como habíamos llegado allí Emile y yo. Mi cabeza se negaba a aceptar el hecho de que estuviéramos acorralados.
Mi expresión atónita debió preocupar a Emile, porque enseguida me tomo la mano y continuó, por favor, no te preocupes. Aunque suene muy extraño, todo esto esta por terminar, tu en el fondo lo sabes bien… déjame preguntarte algo, ¿eres acaso una mujer? ¿un hombre? ¿y qué soy yo? ¿es tu revolver plateado? ¿negro quizás?, el uniforme de aquellos que nos persiguen ¿de que color es? ¿con qué están armados? ¿por qué llegamos aquí?, para no desaparecer, ¿cierto?, ¿lo ves ahora?, todo esto, este lugar, nosotros… esto no es una pipa[1].
Dejé mi arma en el suelo, y me encogí de brazos. Emile, continuó, ya falta poco… es solo cuestión de que el lector volteé la hoja nuevamente.
Finalmente se oía el ruido de botas al final del pasillo..."



[1] “ceci n'est pas une pipe” - René François Ghislain Magritte

(Todas las obras publicadas son de distribución gratuita, prohibida su modificación total o parcial sin autorización de la autoría correspondiente)

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